La estimulación temprana es fundamental para el desarrollo integral de los bebés, especialmente entre los 6 meses y 12 meses.
Durante esta etapa su cerebro está en pleno desarrollo y posee mayor plasticidad cerebral, esto quiere decir que se están creando millones de conexiones neuronales a través de experiencias sensoriales que reciben de su entorno.
El juego y las actividades dirigidas son importantes para el desarrollo físico, cognitivo, emocional y social de cada bebé, y la familia es quien debe motivarlo y acompañarlo en este proceso.
Para estimular el desarrollo cognitivo realizar actividades simples como jugar con bloques, leer cuentos o cantar canciones simples y repetitivas, esto contribuyen a su capacidad de aprendizaje y resolución de problemas.
Para su desarrollo motor el tummy time (tiempo boca abajo), juego libre sobre el piso, permitirles explorar su entorno y la manipulación de objetos, así como fomentar el gateo, ayuda a fortalecer sus músculos y coordinación.
El desarrollo del lenguaje es fundamental en esta etapa. Hablarles y cantarles estimula su curiosidad por el lenguaje. Escuchar diferentes sonidos y palabras les ayuda a desarrollar habilidades lingüísticas incluso antes de que logren el habla.
La interacción constante con sus padres y cuidadores promueve un apego seguro. Las caricias, el contacto visual y la atención responden a sus necesidades emocionales, fomentando la confianza y la seguridad, esto fortalece el vínculo afectivo y construye su seguridad.
Para estimular sus sentidos podemos ofrecer diferentes texturas, colores y sonidos, así ayudamos a desarrollar su percepción y curiosidad por el mundo.
Todo esto conforma las bases para un desarrollo saludable y equilibrado. Este es un periodo clave donde cada interacción cuenta y puede marcar una gran diferencia en su crecimiento.